miércoles, 20 de octubre de 2010

act 2

concepto de ciencia en la edad moderna:
La ciencia en la edad moderna significo un cambio cultural importante, ya que anteriormente el mundo se guiaba por conceptos mágicos y/ divinos.
El intercambio cultural entre diferentes pueblos significo acceso a nuevos conocimientos y tecnicas.
la ciencia y el uso de la razon de predeterminaron como forma de razonamiento para buscar la verdad y el desarrollo de tecnologias.

analisis de texto:
"La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades corporales y mentales, que todos pueden pretender los mismos beneficios para sí. De esta igualdad de capacidades surge la igualdad en la esperanza de alcanzar nuestros fines; si dos hombres desean una cosa que no pueden gozar ambos, devienen enemigos, y en su camino hacia su fin (que es principalmente su propia conservación, y a veces sólo su delectación) se esfuerzan mutuamente en destruirse o subyugarse. No hay para el hombre más forma razonable de guardarse de esta inseguridad mutua que la anticipación, y esto es, dominar por fuerza o astucia a tantos hombres como pueda. Es por ello manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra, una guerra como de todo hombre contra todo hombre."


~ La tesis que nos plantea Hobbes es tan simple como compleja. Basado en la observación de la conducta humana nos dice que la causa de la guerra proviene del conflicto entre los hombres a raíz de las pretensiones de alcanzar sus fines, ya que cuando lo que se desea no puede ir en beneficio de ambos surgen los enemigos. También manifiesta la solución a esta desavenencia, que consiste en anticiparse y dominar a los otros hombres, creando así el poder común que les imponga respeto. En términos aún más simples, nos dice que nuestra misma libertad nos conducirá al conflicto.
Hay varios aspectos importantes que se pueden desprender de esto. En primera instancia, nos describe al hombre en su estado natural, primitivo, instintivo incluso, sujeto a sus propios miedos y al intrínseco egoísmo que lo lleva a la enemistad por la posesión de bienes que considera necesarios para su subsistencia. Nos habla de la igualdad, expresada en la premisa de 'todos los hombres quieren o desean lo mismo'. Luego nos habla del egoísmo, como principal móvil del accionar humano. También se menciona la inseguridad, producto de sus motivaciones que le hacen desconfiar de sus semejantes, y en consecuencia, este sentimiento motiva la inteligencia y el poder humano, y la razón evoluciona como justificación al instinto de conservación y control sobre el resto de los hombres.
Concepto de hombre en la edad moderna.
durante la edad moderna se desarrolla un movimiento denominado renacimiento que abarco diferetes areas, tanto en el arte como en literatura. Proponia un concepto nuevo, donde se dejaba de lado antiguas creencias teocentristas y resaltaba el antropocentrismo, donde el hombre era el verdadero protagonista y precursor de los hechos que acontecian.
En pocas palabras el hombre en la edad moderna era el centro de todas las cosas.

De la edad media a la edad moderna:
si bien es cierto este cambio fue paulatino , fue de mucha significancia.
hubieron cambios en diferentes ambitos, desde el arte a la religion.
diversos factores intervinieron en este cambio, como la tecnologia, que padecio una brusca alza a fines de la edad media y desde entonces no se ha detenido. Con el descubriemiento de america el mercantilismo se apodero del mundo y llevo a lo que hoy denominamos sistema capitalista.

Relacion entre alquimia y filosofia:
la alquimia y la filosofia estubieron ligadas desde un principio.
la misticidad y la busqueda de una piedra para acceder al conocimiento don propias de una filosofia que proviene de antiguas practicas.
e asi como la busque de esta piedra y de otros procesos es vinculado a la filosofia por las ancias del saber y trascender.

video: http://www.youtube.com/watch?v=H1sg24BneY8

actvidad 2

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Jean Jacques Rouseau: (Ginebra, Suiza, 1712-Ermenonville, Francia, 1778) Filósofo suizo. Huérfano de madre desde temprana edad, Jean-Jacques Rousseau fue criado por su tía materna y por su padre, un modesto relojero. Sin apenas haber recibido educación, trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador, quien lo sometió a un trato tan brutal que acabó por abandonar Ginebra en 1728.

Fue entonces acogido bajo la protección de la baronesa de Warens, quien le convenció de que se convirtiese al catolicismo (su familia era calvinista). Ya como amante de la baronesa, Jean-Jacques Rousseau se instaló en la residencia de ésta en Chambéry e inició un período intenso de estudio autodidacto.

n 1742 Rousseau puso fin a una etapa que más tarde evocó como la única feliz de su vida y partió hacia París, donde presentó a la Academia de la Ciencias un nuevo sistema de notación musical ideado por él, con el que esperaba alcanzar una fama que, sin embargo, tardó en llegar. Pasó un año (1743-1744) como secretario del embajador francés en Venecia, pero un enfrentamiento con éste determinó su regreso a París, donde inició una relación con una sirvienta inculta, Thérèse Levasseur, con quien acabó por casarse civilmente en 1768 tras haber tenido con ella cinco hijos.

Rousseau trabó por entonces amistad con los ilustrados, y fue invitado a contribuir con artículos de música a la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot; este último lo impulsó a presentarse en 1750 al concurso convocado por la Academia de Dijon, la cual otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes, que marcó el inicio de su fama.

En 1754 visitó de nuevo Ginebra y retornó al protestantismo para readquirir sus derechos como ciudadano ginebrino, entendiendo que se trataba de un puro trámite legislativo. Apareció entonces su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, escrito también para el concurso convocado en 1755 por la Academia de Dijon. Rousseau se enfrenta a la concepción ilustrada del progreso, considerando que los hombres en estado natural son por definición inocentes y felices, y que son la cultura y la civilización las que imponen la desigualdad entre ellos, en especial a partir del establecimiento de la propiedad, y con ello les acarrea la infelicidad.

En 1756 se instaló en la residencia de su amiga Madame d’Épinay en Montmorency, donde redactó algunas de sus obras más importantes. Julia o la Nueva Eloísa (1761) es una novela sentimental inspirada en su pasión –no correspondida– por la cuñada de Madame d’Épinay, la cual fue motivo de disputa con esta última.

En Del contrato social (1762), Rousseau intenta articular la integración de los individuos en la comunidad; las exigencias de libertad del ciudadano han de verse garantizadas a través de un contrato social ideal que estipule la entrega total de cada asociado a la comunidad, de forma que su extrema dependencia respecto de la ciudad lo libere de aquella que tiene respecto de otros ciudadanos y de su egoísmo particular. La voluntad general señala el acuerdo de las distintas voluntades particulares, por lo que en ella se expresa la racionalidad que les es común, de modo que aquella dependencia se convierte en la auténtica realización de la libertad del individuo, en cuanto ser racional.

Finalmente, Emilio o De la educación (1762) es una novela pedagógica, cuya parte religiosa le valió la condena inmediata por parte de las autoridades parisinas y su huida a Neuchâtel, donde surgieron de nuevo conflictos con las autoridades locales, de modo que en 1766, aceptó la invitación de David Hume para refugiarse en Inglaterra, aunque al año siguiente regresó al continente convencido de que Hume tan sólo pretendía difamarlo.

A partir de entonces Rousseau cambió sin cesar de residencia, acosado por una manía persecutoria que lo llevó finalmente de regreso a París en 1770, donde transcurrieron los últimos años de su vida, en los que redactó sus escritos autobiográficos.

David Hume:

David Hume nació en Edimburgo (Escocia), en 1711. Durante sus estudios se interesó especialmente por la Literatura y la Historia. Para estudiar Literatura y Filosofía, viajó a Francia. Allí escribió su Tratado sobre la naturaleza humana, publicado en 1739, que no tuvo repercusión alguna. En 1751, reformando la primera parte del Tratado, publicó Investigación sobre el entendimiento humano; y al año siguiente, sobre la base a la tercera parte del Tratado, Investigación sobre los principios morales. Hume esperaba lograr fama como escritor, pero sus primeros escritos no causaron la menor impresión. No ocurrió lo mismo con sus Discursos políticos (1752). Sin embargo, a pesar de la repercusión de su obra, no logró ganar la Cátedra de Filosofía en Glasgow ni en Edimburgo, por ser considerado escéptico en asuntos religiosos. Siendo bibliotecario del Colegio de Abogados de Edimburgo (1753-1765), publicó por entregas una Historia de Inglaterra, que también tuvo una amplia repercusión pública, generando críticas, rechazos y abundantes ganancias. Entre 1763 y 1766 se instaló nuevamente en Francia, ahora en París, como secretario del embajador inglés en ese país. Allí trabó amistad con Rousseau, quien lo acompañó a su regreso a inglaterra. Nuevamente en la isla, se desempeñó como subsecretario de Estado (1767-1768), regresando luego a Edimburgo, donde falleció de cáncer en el año 1776. Fueron publicadas como obras póstumas su Autobiografía (1777) y sus Diálogos sobre la Religión Natural (1779), escrito en 1752.

Hume se propuso investigar el ámbito moral humano mediante la observación y la experimentación, tal como lo hiciera Newton con el mundo físico. Ello lo llevó a oponerse a la Metafísica Tradicional, a la que no le reconocía carácter científico y le reprochaba ser el fruto de la vanidad humana —la cual pretendió llegar a conocer objetos que le son imposibles de alcanzar— o, peor aún, de la superstición que domina al hombre mediante miedos y prejuicios religiosos.

Sostenía que el conocimiento no se apoya en verdades innatas sino en afirmaciones basadas en creencias, suposiciones o costumbres sobre el mundo. “No es la razón la gruía de la vida, sino la costumbre.”

Los elementos básicos con los que opera la mente son las percepciones. Éstas pueden ser impresiones (sensaciones y sentimientos —por ejemplo, ver o desear—), más intensas; o ideas (recuerdos, imaginación), más débiles. Las ideas son copias de las impresiones. Por eso para averiguar el valor y el significado de una idea, debemos remontarnos a la impresión que le da origen.

La mente tiende naturalmente a asociar ideas y genera, de este modo, ideas complejas. Las ideas se asocian según las Leyes de Semejanza, de Contigüidad y de Causalidad.

Por su relevancia para la Filosofía, Hume se detiene a analizar una idea en particular, la idea de sustancia. Se trata sin dudas de una idea compleja que no corresponde a ninguna impresión particular sino al acto por el que la imaginación une un conjunto de ideas simples atribuyéndolas a algo desconocido, no percibido en modo alguno, como a su soporte.

La mente expresa la verdad a través de proposiciones que pueden referirse a relaciones de ideas o a cuestiones de hecho. Las primeras son necesarias y su verdad, que depende de las ideas mismas, se conoce por intuición o demostración. Es el caso de la Matemática y la Lógica. Las segundas, en cambio, son contingentes y su verdad depende de la observación de los hechos o de la inferencia inductiva a partir de ellos. Justamente la inferencia, para conducirnos más allá de lo observado, recurre al Principio de Causalidad. Pero como todo lo que se afirma en base a este principio puede no suceder (es contingente), el conocimiento al que accedemos por la inferencia inductiva no llega nunca a ser demostrativo. “Lo contrario de cualquier materia de hecho es todavía posible, porque nunca implica contradicción. Que el sol no salga mañana es una proposición ni menos inteligible ni con más contradicción que la afirmación de que saldrá.”

Hume, habiendo sometido a crítica el concepto de substancia, ahora fijaba su atención en el de causalidad. Y descubrió que, detrás de la idea de causa no hay ninguna impresión más que la repetida contigüidad entre dos fenómenos a los que, por ese motivo, entendemos como relacionados causalmente. A esto hay que agregar que entendemos la relación causal entre estos fenómenos como una relación constante, como si fuese necesaria. Pero la verdad es que, cuando afirmamos una relación de este tipo, no lo hacemos basados en ninguna impresión sensible correspondiente sino en la mera costumbre, generada por la repetición de observaciones similares. La supuesta relación necesaria que une al efecto con su causa no es sino un contenido de conciencia. No podemos afirmar que las cosas en sí mismas se relacionan causalmente. Al predecir que tal causa generará determinado efecto lo hacemos sobre la suposición de que en la Naturaleza todo ocurre uniformemente y que lo que hemos observado en ocasiones anteriores ocurrirá de un modo semejante en el futuro, pero esto no deja de ser una suposición. “El efecto es totalmente diferente de la causa y, consiguientemente, jamás podrá ser descubierto en aquella; el movimiento de la segunda bola de billar es cabalmente distinto del movimiento de la primera; ni hay aquí nada en uno de ellos que envuelva la más mínima referencia al otro.” Esta crítica de la causalidad no recae sólo sobre la filosofía clásica, incluída la cartesiana, sino que se proyecta también sobre la propia física newtoniana. La Física, que se basa en la observación, al operar con el Principio de Causalidad no hace pie sino en la mera costumbre.

De todos modos, Hume reconocía que las afirmaciones referidas a cuestiones de hecho pueden adquirir un grado de seguridad mayor en la medida en que se basen en observaciones numerosas, regulares y uniformes. Así, sin llegar a ser demostraciones (como en el campo de las ideas), pueden constituirse en "probabilidades" (relaciones variables) o en "pruebas" (relaciones constantes), de las que no es razonable dudar.

Respecto de la Moral, Hume se oponía a quienes sostenían que su fundamento es la religión. Él afirma que su origen se encuentra en el deseo de hacer más agradable la vida. Quien obra moralmente lo hace porque espera que ello le genere satisfacción. Pero el hombre no se queda en el mero egoísmo sino que, movido por su capacidad de compadecerse del otro, disfruta con él o sufre con él. Allí tenemos las bases de las que la moral se nutre: bueno es lo útil, lo que satisface y produce placer, y malo es lo que desagrada y genera dolor. El supremo bien moral es la benevolencia, entendida como interés generoso por el bienestar general.

John Locke: John Locke, uno de los mayores representantes del empirismo y el padre del liberalismo político, nació en Inglaterra en 1632. Al igual que Hobbes, estudió en Oxford sin adherir a la filosofía de los escolásticos que allí imperaba. Su trabajo al servicio de Lord Hasley le permitió visitar Francia e incluso residir por un tiempo allí, donde entró en contacto con el círculo de Gassendi (atomismo naturalista). Entre 1675 y 1679 permaneció en Francia y entre 1683 y 1689 residió en Holanda. Retornó a su patria con la llegada al trono de Guillermo de Orange, en 1689. Se estableció entonces en Essex hasta su muerte, acaecida en 1704.

Sus dos obras más importantes, Ensayo sobre el entendimiento humano y Dos tratados sobre el gobierno civil, fueron publicadas en 1690. A sus últimos años en Inglaterra corresponden Pensamiento sobre la educación (1693) y La razonabilidad del cristianismo (1695).

Locke, al igual que Descartes y la mayoría de los filósofos modernos, prestó una especial atención al problema del origen y fundamento del conocimiento. Coincidía con Descartes en que el objeto de conocimiento no son las cosas sino las ideas (“lo que constituye en nuestra mente el objeto del entendimiento”) pero, a diferencia de aquél, sostenía que las ideas provienen solamente de la experiencia. Rechazaba las "ideas innatas" cartesianas y afirmaba que, antes de la experiencia, el entendimiento se encuentra vacío como una hoja en blanco o como una tabla rasa. No hay ideas innatas ni en el plano teorético ni en el práctico o moral. Las cualidades sensibles de los objetos son transmitidas a la mente a través de los sentidos. Ésta es la primera fuente del conocimiento, la sensación o experiencia externa. La segunda fuente del conocimiento es la reflexión, o experiencia interna, que es la percepción que la mente tiene de su propia actividad mental.

Locke clasifica a las ideas en simples y complejas. Tanto la sensación o experiencia externa como la reflexión o experiencia interna nos brindan, en primer lugar, ideas simples, ante las cuales el intelecto se encuentra pasivo. Estas ideas simples son la materia prima de nuestro saber. Pero la mente puede combinarlas, relacionarlas o agruparlas, originando ideas complejas. El entendimiento no tiene la capacidad para inventar o crear ni tan siquiera una idea. Se limita a relacionar de los modos más diversos las ideas simples. Según sostenía Locke, se parece mucho “el dominio del hombre en este pequeño mundo de su propio conocimiento al que ejerce en el gran mundo de las cosas visibles, en el cual su poder, bien que empleado con arte y astucia, no va más allá de componer y dividir los materiales ya hechos y al alcance de su mano; pero no es capaz de nada para hacer la más mínima partícula de nueva materia o a destruir un átomo de lo que está ya en la existencia”.

Desde esta concepción, la idea de substancia es el soporte de un conjunto de cualidades o accidentes. De todos modos Locke, poco amigo de las posturas extremas, no niega la existencia ni de la substancia de las cosas materiales —cuyas ideas simples conocemos a través de la sensación— ni de la substancia de nuestra vida interior (el espíritu) —cuyas ideas simples poseemos por reflexión— pero afirma que de ellas tenemos sólo una idea confusa y oscura.

En la formación de ideas complejas, la actividad más importante es la abstracción. Mediante ella se separa una idea, o un conjunto de ideas, de las otras que la acompañan en su existencia real. Surgen de este modo las ideas universales que representan a muchísimas cosas particulares. De no haber abstracción, cada cosa, cada combinación de ideas simples, debería recibir un nombre particular y esto sería imposible, inviable para el entendimiento. “Así, habiendo sido observado hoy el mismo color en el yeso o en la nieve que la mente ayer recibió de la leche, considera que aquella apariencia sola lo hace representativo para todos los de ese género, y habiéndole dado el nombre de blancura, con tal sonido significa la misma cualidad dondequiera que se pueda imaginar o encontrar, y de este modo se hacen universales, tanto las ideas como los términos.” Esta abstracción no es, como la aristotélico-tomista, una captación de las esencias de las cosas, no tiene valor metafísico; se limita a operar con apariencias cumpliendo una función simplificadora de suma utilidad y escaso alcance para el conocimiento.

Locke no cae en un inmanentismo gnoseológico, ya que supone que nuestras ideas son copias de los objetos extra-mentales. E incluso reconoce la posibilidad de demostrar la existencia de Dios a través de las vías cosmológica y teleológica. Pero, si bien su equilibrio lo aleja de todo rechazo extremo de la filosofía anterior, haciéndolo mantener cierto realismo y hablar de "substancia" y de las ideas como copias de las cosas, es innegable que su filosofía constituye un avance en la dirección que va del objetivismo al subjetivismo y un preanuncio del psicologismo de Hume.

Las ideas representan las cosas y las palabras son signos que expresan las ideas, y no las cosas. Al igual que las ideas, las palabras son en su mayoría generales. Los conceptos generales están referidos a las ideas abstractas, que no corresponden a esencias realmente presentes en las cosas , sino a los nombres con que identificamos ciertos rasgos comunes a un conjunto de objetos particulares. Sólo existe lo particular, las ideas universales existen sólo en la mente y son generadas por el entendimiento.

En el ámbito de la Política Teórica, Locke partía de una visión mucho más optimista que la de Hobbes respecto del estado de naturaleza. Sostiene que hay una ley natural que rige a la Naturaleza y al hombre y que es para éste ley moral, a la que puede acceder por la razón. Esta ley consagra la vida, la libertad y la propiedad. En el estado de naturaleza ya existe esta ley y el hombre, como ser razonable, la conoce. Pero la ausencia de una autoridad superior impide garantizar que los derechos y deberes que la ley natural prescribe sean respetados por todos. Locke considera que el derecho cuyo respeto es más difícil que se dé en el estado de naturaleza es el de propiedad. Para defender estos derechos surge la sociedad, el derecho y la autoridad. La sociedad, a través de su ordenamiento jurídico, tiene su razón de ser en el garantizar la vida, la libertad y la propiedad de los individuos. La sociedad nace del consentimiento (contrato social) de los individuos que buscan proteger sus derechos naturales a la vida, a la libertad y a la propiedad. Pero el poder político, que los individuos ceden al Estado cuando éste nace, puede siempre ser reasumido por ellos. El Estado no tiene otro fin que el de velar por los individuos, por su bienestar y su propiedad, la cual no tiene derecho a enajenar. Y para amparar al individuo de una potencial exacerbación del poder estatal, Locke propugna la división equilibrada del poder político en legislativo y ejecutivo.

Las ideas políticas de Locke se extendieron por el continente europeo gracias a Montesquieu y a Voltaire. Sus ideas pedagógicas lo hicieron a través de Rousseau. Locke se oponía a la utilización de la violencia por parte del docente y propugnaba el aprender jugando. Tampoco aceptaba que la educación se redujera a transmitir esquemas ya hechos y consideraba que el educador antes bien debía favorecer el desarrollo de esquemas propios por parte del alumno, acompañando el desarrollo de la libertad y la iniciativa individual.

Nicolas Maquiavelo: (Florencia, 1469-1527) Escritor y estadista florentino. Nacido en el seno de una familia noble empobrecida, Nicolás Maquiavelo vivió en Florencia en tiempos de Lorenzo y Pedro de Médicis. Tras la caída de Savonarola (1498) fue nombrado secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad, cargo que ocupó hasta 1512 y que le llevó a realizar importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros.

Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo creó la milicia nacional en 1505. Intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y el regreso de los Médicis a Florencia (1512).

Como consecuencia de este giro político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue acusado de traición, encarcelado y levemente torturado (1513). Tras recuperar la libertad se retiró a una casa de su propiedad en las afueras de Florencia, donde emprendió la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, El príncipe (Il principe), que Maquiavelo terminó en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis (a pesar de ello, sólo sería publicada después de su muerte).

En 1520, el cardenal Julio de Médicis le confió varias misiones y, cuando se convirtió en Papa, con el nombre de Clemente VII (1523), Maquiavelo pasó a ocupar el cargo de superintendente de fortificaciones (1526). En 1527, las tropas de Carlos I de España tomaron y saquearon Roma, lo que trajo consigo la caída de los Médicis en Florencia y la marginación política de Maquiavelo, quien murió poco después de ser apartado de todos sus cargos.

La obra de Nicolás Maquiavelo se adentra por igual en los terrenos de la política y la literatura. Sus textos políticos e históricos son deudores de su experiencia diplomática al servicio de Florencia, caso de Descripción de las cosas de Alemania (Ritrato delle cose della Alemagna, 1532). En Discursos sobre la primera década de Tito Livio (Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio, 1512-1519) esbozó, anticipándose a Vico, la teoría cíclica de la historia: la monarquía tiende a la tiranía, la aristocracia se transforma en oligarquía y la democracia en anarquía, lo que lleva de nuevo a la monarquía.

En El príncipe, obra inspirada en la figura de César Borgia, Maquiavelo describe distintos modelos de Estado según cuál sea su origen (la fuerza, la perversión, el azar) y deduce las políticas más adecuadas para su pervivencia. Desde esa perspectiva se analiza el perfil psicológico que debe tener el príncipe y se dilucida cuáles son las virtudes humanas que deben primar en su tarea de gobierno. Maquiavelo concluye que el príncipe debe aparentar poseer ciertas cualidades, ser capaz de fingir y disimular bien y subordinar todos los valores morales a la razón de Estado, encarnada en su persona.

El pensamiento histórico de Nicolás Maquiavelo quedó plasmado fundamentalmente en dos obras: La vida de Castruccio Castracani de Luca (1520) e Historia de Florencia (Istorie fiorentine, 1520-1525). Entre sus trabajos literarios se cuentan variadas composiciones líricas, como Las decenales (Decennali, 1506-1509) o El asno de oro (L'asino d’oro, 1517), pero sobre todas ellas destaca su comedia La mandrágora (Mandragola, 1520), sátira mordaz de las costumbres florentinas de la época. Clizia (1525) es una comedia en cinco actos, de forma aparentemente clásica, que se sitúa en la realidad contemporánea que Maquiavelo tanto deseaba criticar.

Línea del tiempo: EDAD MODERNA
Renacimiento:
• Reforma protestante (Alemania); dio interpretación a la gente.
• Guerras religiosas; Cuestionamiento a la iglesia y al papa.
• Surge el estudio del cuerpo humano (primeras disecciones).
ILUSTRACIÓN
Francis Bacon: (1561-1626)----empirista la experiencia generaba conocimiento.
Galileo Galilei (1564-1642)-----El planeta gira alrededor del sol; desafía a la iglesia.
René Descartes (1596-1656)----Racionalismo deductivo.
Isaac Newton (1643-1727)---filósofo natural----Alquimista.
David Hume (1711-1726)------escepticismo.
Immanuel Kant (1724-1809) filósofo natural----idealismo alemán
Revolución francesa (1789)

lunes, 10 de noviembre de 2008

misterios de nuestra civilizacion¬¬


hoy en dia, la base de nuestra civilizacion occidental proviene de la edad media, una cultura totalmente arraigada a la religion catolica, en un mundo dominado por monjes, sacerdotes y papas.

estos personajes, totalmente autoritarios y dominantes de una organizacion cuyo objetivo era difundir el conocimiento cristiano respaldado en la biblia.

este hecho deja una profunda huella en las costumbres de nuestra cultura, la base de nuestras creencias pueden no ser reales, de hecho la biblia, antes de que la imprenta sea inventada, fue escrita a mano, pudiendo cada persona poner de su parte sin dejar mas remedio para toda la poblacion que creer lo que ellos estimen conveniente.


espero ver tu comentario, pues me ayudara a completar esta idea.

que tengas un buen dia :)